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Nutrirse para nutrir

En el día a día de la maternidad a las mamás, a veces, se nos olvida que para poder nutrir a nuestros bebés (alimentación, amor, experiencias…) debemos primero nutrirnos a nosotras mismas.

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Proponemos un espacio de encuentro y enriquecimiento tomando como eje la realidad dual de la madre-bebé.

Nuestros objetivos

Crear un grupo de madres donde poder contar, confiar, soltar y compartir el duro y bello camino de la maternidad.

 

Crear un espacio adecuado de libertad y respeto donde los niños bajo la mirada amorosa de sus madres puedan desarrollarse a través del juego libre. Contaremos con juguetes y materiales naturales, favoreceremos un ritmo sano y vitalizante y se realizarán pequeñas actividades manuales, musicales, cuentos, teatrillos..

 

Realizar, las madres, pequeñas labores artísticas y manuales con sentido y con relación a la estación del año mientras nuestros peques juegan.

 

Vivenciar la música viva, canciones, rimas, juegos de dedos y cuentos como parte esencial del día a día.

 

Favorecer una alimentación sana y ecológica (infusiones, café eco, zumos y frutas bio...) a través del placer de comer y compartir.

 

Realizar salidas todos los días al exterior como parte fundamental de contacto con la naturaleza y los ciclos naturales.

Ancla 1

Nuestra visión

El proyecto nutridas tiene la convicción de que los grupos de madres tienen, en general, un efecto tremendamente beneficioso tanto para las madres como para los peques. Se trata de que sea el propio grupo de madres el que vaya descubriendo sus necesidades y preferencias para que con el tiempo puedan autogestionarse y compartir otros espacios y experiencias.

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Decimos del niño que viene completo y que no debemos enseñarle sino confiar y respetar su proceso de desarrollo. Sin embargo, cuando una mujer deviene madre como sociedad no hacemos más que instruirla de todos los modos posibles: libros, cursos, revistas, talleres, charlas... A unos niveles, a veces, excesivos que nos hacen desconectar del presente y de la propia sabiduría. Como sociedad hemos despojado a las madres de ese olfato o instinto brutal natural con el que nos dispone, como mamíferas, la naturaleza para sostener ,criar y educar a nuestros hijos.

 

Cuando una madre recupera la confianza en sí misma la sabiduría para criar se hace presente y no sólo eso sino que es capaz de bucear en sí misma y encontrar recursos para su día a día. Llevamos miles de años maternando desde el instinto y de manera grupal. Si recuperamos esto recuperamos nuestra fuerza.

Ancla 2

“Sentirnos arropadas, escuchadas y comprendidas por mujeres que están atravesando nuestra misma situación es un fantástico catalizador. Además puede prevenir trastornos de ansiedad, estrés, depresión favoreciendo un vínculo sano con nuestro bebé a la vez que nutrimos nuestra necesidad social y de participación en la comunidad”

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