
Nuestra trayectoria como madres de día nos ha hecho no sólo creer, sino vivenciar, durante años la necesidad imperiosa que tienen los niños de ser respetados en sus procesos: físicos, mentales y emocionales.
Igualmente, sabemos la diferencia radical que tiene un entorno hogareño para los niños menores de tres años.
Como madres de día cuidamos el ambiente de hogar para que sea seguro y favorecedor de la autonomía del niño, sin exceso de estímulos y con diversas posibilidades de movimiento.
Cuidamos los materiales de juego con una premisa: ”Cuanto menos y más sencillo, mejor”
El juego libre, las actividades cotidianas, las experiencias en la naturaleza, lo artístico y musical como ejes de un día a día no programado y donde la escucha hacia el grupo y sus necesidades es la base donde se asienta lo pedagógico.
El respeto profundo al proceso de crianza que elige y vivencia la madre sin ningún tipo de juicio o cuestionamiento es otra de nuestras premisas: sentirnos apoyadas, comprendidas, respetadas. Cada una lo hacemos lo mejor que podemos.
Cuidar que el grupo sea un espacio de respeto y libertad, de confianza, de desarrollo pero no para llegar a ningún lugar sino para disfrutar juntas del camino.
Ofrecemos un espacio cálido y confortable, armonioso, donde la madre pueda sentir que descansa, se relaja, y se llena de energía. Un ambiente hogareño y cuidado donde poder amamantar, cambiar al bebé o preparar algo de alimento. Un lugar donde poder disfrutar de un pequeño desayuno cuidado, sano, con calma. Recuperar el tiempo de comida como ritual de nutrición con una misma y con el grupo de madres.
Como grupo vivenciar el canto, la danza, los juegos desde el disfrute y la reconexión con nosotras mismas.
En este viaje de la maternidad todas hemos vivido momentos de desorientación y soledad, de pérdida de referencias, de agotamiento continuo que mina nuestra estabilidad emocional y psicológica…nos sentimos desesperadas y no sabemos ya qué hacer… Para eso contamos con el espacio de orientación terapéutica donde de forma individual o grupal iremos caminando hacia un lugar más estable y sanador.